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Lord Byron

JUEGO DE PALABRAS

Con la venia

 

Nos hemos quedado cortos de azúcar en el café, como decimos en mi tierra, hoy está "margoso".

 

El tal General Mena se perdió una clase importante, hizo novillos el día que disertamos sobre el juego de las palabras, se lo perdió y pasó lo que pasó..., el asunto es tan deprimente que nos provoca risa.

 

De pequeño nos decía nuestra madre que no se podía jugar con cuchillos, que a los niños que lo hacían les salían cuernos. Lo mismo pasa con las palabras, peligroso juego éste y más cuando sin querer se dice la verdad y con ella se invade el esplendor de la evidencia. Las palabras son un arma que cuando disparan verdad se constituyen en doloroso antídoto y mortal ataque a la hipocresía gubernamental y eso, aún siendo justo no es lo correcto.

 

Nunca se debe de decir la verdad, nunca se debe decir lo que está bien dicho, recuerden que no siempre bien está lo que bien parece, no es democrático decir lo que no se debería decir aún cuando lo dicho esté bien dicho, aunque lo dicho sea una literal transcripción de lo que se su día alguien bien dijo y plasmó en documento tan leído como la Carta Magna.

 

Cuando lo dicho mancha la lustrosa vestidura de la mentira se quiebra el permanente juego de palabras en el que se viste la falacia, se altera la mojigata composición del disfraz político y se hace pedazos la formal y curiosamente ética subjetividad en la que se desenvuelve la falsedad de nuestros padres de la Patria.

 

No jueguen con las palabras, es tan peligroso como los cuchillos y ya saben lo que decía nuestra madre... les pueden salir cuernos o cuando menos ser tachados de imprudentes, temerarios, fascistas, golpistas o lo que es muchísimo peor, nostálgicos y retrógrados.

 

Vistan sus palabras con el quizás, el quién sabe, el igual, el posiblemente, el se dice por ahí o el otros piensan. Disfracen y mimeticen la verdad entre la subjetividad de la opinión, cítense en tercera persona, jueguen con la ironía de la razón y nunca, nunca digan con certeza lo que siempre debería estar bien dicho por evidente.

 

Ni se les ocurra pensar, no especulen con la reflexión, no se compliquen la vida y sobre todo sobre todo, prevengan el nacimiento de los cuernos y para ello hagan caso a la Señora Angelita, eviten los cuchillos y por supuesto, el juego de palabras.

 

           He dictado

      "El Conde de Ajo"

 

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